Esta semana, el OIEA organizó una reunión virtual para abordar los avances en la mitigación de los riesgos relacionados con la radiación para los pacientes que requieren imágenes médicas frecuentes, garantizando al mismo tiempo la preservación de los beneficios. En la reunión, los asistentes debatieron estrategias para reforzar las directrices de protección del paciente e implementar soluciones tecnológicas para el monitoreo del historial de exposición de los pacientes. Además, revisaron iniciativas internacionales destinadas a mejorar continuamente la protección radiológica de los pacientes.
“Todos los días, millones de pacientes se benefician de imágenes diagnósticas como la tomografía computarizada (TC), rayos X (que se completan con medios de contraste y generalmente cuatro tipos deinyectores de alta presión: Inyector único CT, Inyector de doble cabezal CT, inyector de resonancia magnética, yAngiografía or Inyector de medios de contraste de alta presión DSA(también llamado “laboratorio de cateterismo"),y también algunas jeringas y tubos), así como procedimientos intervencionistas guiados por imágenes (métodos de medicina nuclear). Sin embargo, con el aumento del uso de imágenes de radiación, surge la preocupación por el aumento asociado de la exposición a la radiación de los pacientes —declaró Peter Johnston, director de la División de Seguridad Radiológica, del Transporte y de los Desechos del OIEA—. Es fundamental establecer medidas concretas para justificar mejor dichas imágenes y optimizar la protección radiológica de cada paciente sometido a dicho diagnóstico y tratamiento.
A nivel mundial, se realizan anualmente más de 4 mil millones de procedimientos de diagnóstico radiológico y de medicina nuclear. Las ventajas de estos procedimientos superan con creces cualquier riesgo de radiación cuando se realizan según la justificación clínica, empleando la exposición mínima necesaria para lograr los objetivos diagnósticos o terapéuticos necesarios.
La dosis de radiación resultante de un procedimiento de imagenología individual suele ser mínima, y suele variar entre 0,001 mSv y 20-25 mSv, según el tipo de procedimiento. Este nivel de exposición es similar a la radiación de fondo que las personas experimentan de forma natural durante un período de varios días a algunos años. Jenia Vassileva, especialista en protección radiológica del OIEA, advirtió que los riesgos potenciales asociados a la radiación pueden aumentar cuando un paciente se somete a una serie de procedimientos de imagenología que implican exposición a la radiación, especialmente si se realizan en breve sucesión.
Más de 90 expertos de 40 países, 11 organizaciones internacionales y organismos profesionales asistieron a la reunión del 19 al 23 de octubre. Entre los participantes se encontraban expertos en protección radiológica, radiólogos, médicos nucleares, clínicos, físicos médicos, tecnólogos en radiación, radiobiólogos, epidemiólogos, investigadores, fabricantes y representantes de pacientes.
Seguimiento de la exposición a la radiación de los pacientes
La documentación, los informes y el análisis precisos y consistentes de las dosis de radiación recibidas por los pacientes en centros médicos pueden mejorar la gestión de las dosis sin comprometer la información diagnóstica. El uso de los datos registrados de exámenes previos y las dosis administradas puede ser clave para evitar exposiciones innecesarias.
Madan M. Rehani, Director de Difusión Global para la Protección Radiológica del Hospital General de Massachusetts (Estados Unidos) y Presidente de la reunión, reveló que el uso extendido de sistemas de monitorización de la exposición a la radiación ha proporcionado datos que sugieren que el número de pacientes que acumulan una dosis efectiva de 100 mSv o superior durante varios años debido a procedimientos repetidos de tomografía computarizada es mayor de lo estimado previamente. La estimación global se sitúa en un millón de pacientes al año. Además, enfatizó que se prevé que uno de cada cinco pacientes en esta categoría sea menor de 50 años, lo que genera preocupación por los posibles efectos de la radiación, especialmente en personas con mayor esperanza de vida y mayor riesgo de cáncer debido a una mayor exposición a la radiación.
El camino a seguir
Los participantes coincidieron en la necesidad de un apoyo mejorado y eficiente para los pacientes con enfermedades crónicas y afecciones que requieren imágenes frecuentes. Coincidieron en la importancia de implementar ampliamente el seguimiento de la exposición a la radiación e integrarlo con otros sistemas de información sanitaria para lograr resultados óptimos. Además, destacaron la necesidad de impulsar el desarrollo de dispositivos de imagen que utilicen dosis reducidas y herramientas de software estandarizadas de monitorización de dosis para su aplicación global.
Sin embargo, la eficacia de estas herramientas avanzadas no depende únicamente de máquinas y sistemas mejorados, sino también de la competencia de usuarios como médicos, físicos médicos y técnicos. Por lo tanto, es vital que adquieran la formación adecuada y conocimientos actualizados sobre los riesgos de la radiación, intercambien conocimientos y mantengan una comunicación transparente con los pacientes y sus cuidadores sobre las ventajas y los posibles riesgos.
Hora de publicación: 27 de diciembre de 2023